
Estudio en rojo
Arthur Conan Doyle
Hace bastante más de un siglo que se publicaron las primeras aventuras de Sherlock Holmes y más de ochenta de la aparición de la última, pero su éxito y perdurabilidad se mantienen incólumes. Si lo que más impresionó a la primera generación de lectores de Conan Doyle fue la sutileza de “ciencia de la deducción” de Holmes, la obra ha mantenido el favor del público gracias a sus personajes y a la descripción de su ambiente. La pareja central es de un gran atractivo: Holmes es cerebral, inteligente y realista, aunque algo depresivo y con épocas de cocainómano; Watson, a pesar de su profesión científica, es soñador, caballeroso, aventurero, con veleidades literarias y enamoradizo. El entorno en el que se mueven los personajes se ha convertido en un verdadero estudio de época, que nos traslada al Londres de finales del siglo XIX y a una sociedad y costumbres conocidas como victorianas.
Estudio en rojo es el principal del canon holmesiano. En este relato aparece fuertemente el personaje central como detective, el doctor Watson como cronista, el apartamento de Baker Street, el violín, los agentes de Scotland Yard, etc. En El signo de los cuatro, escrita dos años más tarde, se alcanza la perfección del sistema: se pulen los rasgos más exagerados del carácter de Holmes, Watson se enamora, se multiplican las peripecias, hay fuertes cambios de ritmo y se alcanza la resolución del caso por un proceso lógico muy bien medido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario