lunes, 19 de mayo de 2008

"Los vecinos mueren en las novelas"


Un hombre que tiene por costumbre visitar a sus nuevos vecinos llega a la casa de una anciana absolutamente desconocida. Él mismo no sabe, hasta que llama a la puerta, que ha decidido matarla".Así dice la frase preámbulo de la contracubierta de la edición, publicada por editorial Norma, del segundo de los libros del escritor cordobés Sergio Aguirre. En este libro sobresale nuevamente la característica que predominó en su obra anterior: la capacidad de contar historias escalofriantes y aterradoras unidas por un delgado hilo que las conecta entre sí, en un mismo ambiente cargado de suspense y sospechas en el cual se lleva a cabo toda la obra.Particularmente considero a Sergio Aguirre uno de los mejores escritores que he leído jamás. Sus obras están llenas de todo lo que uno espera encontrar en un buen libro, especialmente para los amantes de los cuentos policiales, fantásticos, de terror, etcétera. Porque la ciencia que caracteriza sus relatos es exquisita, y abunda en descripciones y retratos alucinantes.En "Los vecinos mueren en las novelas", el autor juega con una sorprendente y bien seleccionada colección de pequeños relatos que abordan un misterio en común, pero indefinido, que sólo se aclara completamente, y acaba de unir a cada historia entre sí, en la última página: se trata de la historia de una mujer que, viajando en tren, escucha el aterrador relato de una joven que se encuentra desesperada. La trama nos lleva hasta el momento de la terrorífica historia de la joven, y luego de vuelta al tren. Y lo más curioso es que esta mujer que escuchó cada palabra de la joven es la misma anciana que años adelante le contará la historia a su nuevo vecino.Pero no termina ahí: otra serie de historias, todas ellas relacionadas, empiezan a relatarse en la casa de la anciana. Muchas de ellas presentan otros puntos de vista de la historia de la joven -como por ejemplo el del siniestro vecino de al lado- y el lector empieza a dudar sobre la autenticidad de estas historias, porque en la casa de la anciana señora Greenwold se está desencadenando una batalla entre las historias de esta mujer y su vecino, que casualmente es escritor, por ver quién relata una historia, una anécdota, que atemorice más al otro.Finalmente, la tensión se agrava hasta el punto en que las historias empiezan a venir con amenazas de muerte, como por ejemplo la historia en que el hombre que tenía por costumbre visitar a sus nuevos vecinos, decide visitar a su nueva vecina. Y en una serie de historias aterradoras de tiempos pasados... decide matarla.

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